Planificación de la inspección: Se realiza una planificación previa para determinar el tipo de drone y los sensores adecuados para la inspección, la ruta de vuelo a seguir, los puntos de partida y de llegada, las altitudes de vuelo, la duración y frecuencia de la inspección, y los protocolos de seguridad a seguir.

Preparación del drone: Se verifica el estado del drone y se realizan las calibraciones necesarias para garantizar un vuelo seguro y estable. También se comprueba el funcionamiento de los sensores y la calidad de la señal de video y de transmisión de datos.

Despliegue del drone: El drone se lanza desde una plataforma segura y se inicia el vuelo. Durante el vuelo, se toman imágenes y videos de la chimenea desde diferentes ángulos y altitudes, utilizando cámaras de alta resolución y sensores especializados, como cámaras térmicas y de gas.

Análisis de los datos: Los datos capturados por el drone se procesan y analizan para detectar problemas potenciales, como fugas de aire o gas, acumulación de residuos, puntos calientes, fisuras, corrosión, etc. Este análisis puede ser realizado por un especialista en mantenimiento y reparación de chimeneas o mediante el uso de software de análisis de imágenes y datos.

Generación de informes: Se elabora un informe detallado con los resultados de la inspección, que incluye imágenes, videos y datos relevantes sobre el estado de la chimenea. Este informe se utiliza para tomar decisiones sobre las acciones preventivas o correctivas necesarias y para programar el mantenimiento y reparación de la chimenea.

Seguimiento y monitoreo: Se realiza un seguimiento y monitoreo continuo del estado de la chimenea a lo largo del tiempo, utilizando drones o técnicas de inspección tradicionales, para asegurar que las medidas preventivas o correctivas adoptadas sean efectivas y para detectar posibles nuevos problemas en la chimenea.